Nos lleva la corriente
Revista Omnibus

Nos lleva la corriente

Una experiencia distinta para conductor y pasajeros, y también para el entorno.

El autobús se desliza silencioso por la calzada, rodando hasta detenerse sin ruido en la dársena. Si aguzamos el oído entre el ruido del tráfico, percibiremos como mucho un zumbido. Se abre el accionamiento eléctrico de las puertas, y los pasajeros van entrando ya en el eCitaro de Mercedes-Benz. Quien desee conocer el futuro del transporte urbano en autobús debería visitar en breve Mannheim, Heidelberg, Hamburgo o Berlín. Las respectivas empresas municipales son las primeras en utilizar el eCitaro de Mercedes-Benz con propulsión exclusivamente eléctrica. Pero hoy tenemos la oportunidad de un primer recorrido en un circuito de pruebas.

El clásico control antes de la salida, por ello, se convierte en una comprobación visual. Los diseñadores no se excedieron con sus promesas: el autobús es un Citaro con personalidad propia. Las personas al tanto reparan en la discreta «e» azul en el rótulo del modelo eCitaro. No hay motor funcionando al ralentí; el vehículo está parado en silencio, sin molestias para el entorno, pero listo para arrancar.

Desde el punto de vista del conductor: no hace falta acostumbrarse a la nueva cabina; es montarse y arrancar. La única diferencia está en los instrumentos, por el color y por los indicadores típicos de la conducción eléctrica.

Desde el punto de vista del conductor: no hace falta acostumbrarse a la nueva cabina; es montarse y arrancar. La única diferencia está en los instrumentos, por el color y por los indicadores típicos de la conducción eléctrica.

Desde el punto de vista del conductor: no hace falta acostumbrarse a la nueva cabina; es montarse y arrancar. La única diferencia está en los instrumentos, por el color y por los indicadores típicos de la conducción eléctrica.

Desde el punto de vista del conductor: no hace falta acostumbrarse a la nueva cabina; es montarse y arrancar. La única diferencia está en los instrumentos, por el color y por los indicadores típicos de la conducción eléctrica.

Dentro, la cabina parece la misma de siempre; el cambio al volante es rápido y sin problemas. Tras conectar el encendido, llama la atención la iluminación azul del salpicadero. El potenciómetro que reemplaza al cuentarrevoluciones, ahora superfluo, muestra la potencia suministrada al pisar el acelerador y el estado de recuperación cuando el eCitaro transforma en electricidad la energía de frenado y carga con ella las baterías.

Queda ajustar asiento y espejos, pulsar la tecla de marchas en «D», soltar el freno, pisar el acelerador... y el eCitaro marcha fluidamente pero sin hacer ruido. Da la impresión de que no le cuesta esfuerzo mover sus más de 13 toneladas. Las ruedas al girar y los ruidos de la calzada se oyen más que el motor. Todo un desafío de fabricación: no se oye ningún motor ruidoso, ni el encajar o tabletear de un engranaje. Está bien que sea un Citaro. Y está bien que el eCitaro se fabrique junto con sus colegas con motor de combustión: la calidad no es compatible con los experimentos.

Con su eje delantero de ocho toneladas, el eCitaro marcha con tensión, pero sin dureza. La regulación contra balanceo y cabeceo le da estabilidad en las curvas pese a la carga de la batería en el techo. El eCitaro está bien equilibrado. Para el centro de gravedad y la distribución de pesos viene bien que algunos paquetes de la batería vayan en la trasera en lugar del motor y los engranajes. Un semáforo: al pisar el acelerador, el eCitaro semeja un velero navegando como ingrávido. Para frenar, se utiliza ya el pedal, ya el dispositivo de la columna de dirección. En ambos casos el retardo es puramente eléctrico y la energía obtenida cargará la batería. Es algo fascinante, sobre todo, en cuestas abajo de cierta longitud: mientras el eCitaro se desliza solo, va subiendo el indicador de autonomía. Solo al apretar a fondo el pedal entra en acción el clásico freno por fricción.

¿Y los pasajeros? También ellos disfrutan de la ausencia de ruidos. Un Citaro común es poco ruidoso; el eCitaro es silencioso. Oímos cómo no se oye nada. La climatización por CO2 funciona ahorrando electricidad y muy eficazmente. Vistas las temperaturas de hoy, la calefacción mediante bomba de calor de alta eficiencia está apagada.

El eCitaro rueda deslizándose, casi inaudible desde fuera, sin lanzar emisiones; el tubo de escape es historia. El trayecto es demasiado corto, pero una cosa está clara: da igual lo que ponga en el rótulo, este autobús se dirige al mañana. El futuro del autobús urbano es ya el presente del eCitaro de Mercedes-Benz. ¿Otra vuelta? Apenas queda tiempo. Pero no estaría mal viajar a Mannheim, Heidelberg, Hamburgo o Berlín cuando empleen ya el nuevo eCitaro.

Desde el punto de vista del pasajero: el interior de este elegante autobús urbano mantiene su diseño acostumbrado. El silencio es asombroso tanto fuera como dentro del vehículo.

Desde el punto de vista del pasajero: el interior de este elegante autobús urbano mantiene su diseño acostumbrado. El silencio es asombroso tanto fuera como dentro del vehículo.

 

Desde el punto de vista del pasajero: el interior de este elegante autobús urbano mantiene su diseño acostumbrado. El silencio es asombroso tanto fuera como dentro del vehículo.

Desde el punto de vista del pasajero: el interior de este elegante autobús urbano mantiene su diseño acostumbrado. El silencio es asombroso tanto fuera como dentro del vehículo.

 

Desde el punto de vista del pasajero: el interior de este elegante autobús urbano mantiene su diseño acostumbrado. El silencio es asombroso tanto fuera como dentro del vehículo.

Desde el punto de vista del pasajero: el interior de este elegante autobús urbano mantiene su diseño acostumbrado. El silencio es asombroso tanto fuera como dentro del vehículo.

Para la empresa:

  • Diseño atractivo, basado en un concepto de vehículo de bondad comprobada
  • Alto número de plazas de pasajeros
  • Diseño energético eficiente para reducir consumo
  • Una inversión de cara al futuro

Para el conductor:

  • Casi sin cambios en cabina y manejo
  • Regulador de aceleración: control total al acelerar con o sin carga
  • Conducción segura pese a la elevada carga en el techo

Para los pasajeros:

  • Bajo nivel de ruidos
  • Aceleración uniforme